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Vasugupta
Soy profesor de Kundalini Yoga y Reiki. Me apasiona el Shivaismo Tantriko de Cachemira, el Tao (taichi), el Zen... Amado por DIOS, por mediación del Sagrado Corazón de Jesús.
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Vicente Ferrer

martes, 10 de agosto de 2010

Taoísmo

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Aquel buen hombre, procedente de china, representaba a un linaje muy antiguo, era un reconocido maestro taoísta. Por aquel entonces, yo ya no estaba por la labor de servir a un maestro, llevaba casi 8 años de arduo peregrinaje por diferentes tradiciones, y lo único que me movía era encontrar, varias respuestas concretas en relación a la práctica y al camino… ciertamente aquel hombre fue una gran decepción, por un lado, se escabullía magistralmente de las preguntas directas, escudándose en el silencio y en su falta de comprensión del idioma, pero cuando a él le venia en gana. En otras ocasiones, su silencio se rompía y la comprensión del lenguaje era perfecto. Otro maestro taoísta, me hizo saber, que en el Taoísmo, el secreto era algo más que importante, de hecho en la antigüedad el secreto, era lo que permitía la subsistencia del maestro cuando este alcanzaba una avanzada edad… de tal forma que sus alumnos lo seguían  y servían hasta su lecho de muerte, esperando recibir allí, la trasmisión de la quinta esencia de su tradición. Lo triste es que muchas veces el maestro moría sin poder efectuar tal transmisión, llevándose el secreto a la tumba… debilitando así la tradición. Otras veces el maestro (para conservar el secreto) solo elegía a uno o dos discípulos y después de muchos años de arduo aprendizaje, estos morían y de nuevo, la tradición se debilitaba.

Aquel hombre, no mostraba mucho empeño, en tratar de solucionar mi dudas, hasta que ya cansado, quedé una tarde con él… las preguntas eran concretísimas, e incluso dejé caer alguna critica, no me gustaba el rollo de idolatrar a una imagen, como si fuera a un Dios, le dije, eso solo es un pedazo de barro, el significado se lo damos nosotros, somos nosotros quienes tenemos ese poder, no la imagen, lo importante, somos las personas… eso le enfadó bastante, por otro lado, no entendió (o no quiso entender) casi ninguna de mis experiencias… solo cuando tratamos el tema del silencio mental, conseguí conectar un poco con él, pero la sensación era, de que él estaba mucho más interesado en mi dinero y conservar su tradición, que en mi bienestar y desarrollo… en aquella conversación se le escapó alguna perla, que guardé en mi bolsa, pero aquella charla me convenció, que debía continuar mi viaje: gracias maestro.

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